Almejas a la Marinera
Hago almejas a la marinera de vez en cuando, este plato de cocina tradicional, lleno de sabor que debe tener su hueco en nuestros recetarios para siempre. Son fáciles de hacer, rápidas y una solución buenísima como entrante o picoteo previo a una comida. El pasado fin de semana fue una de esas veces que se colaron en mi cocina, fueron parte de la cena pica- pica que hicimos el sábado.
Los niños os pueden sorprender con las almejas, aunque os puede parecer un ingrediente o un plato complicado para los niños, ahora mismo sólo el más pequeño de los tres se niega a probarlas. Es verdad que la textura de las almejas no es de lo más agradable para los peques, pero a base de probar o depende de con que acompañamiento les van pareciendo más agradables. Esta salsa es una buena forma de hacer los primeros intentos.
Respecto a sus propiedades nutricionales, las almejas destacan por su contenido en vitaminas de grupo B, hierro, calcio y fósforo. Es un producto ligero, sin contar la salsa y el pan que nos comemos si las hacemos en salsa.
Además, aunque hoy os muestro una forma de siempre y tradicional de hacerlas, las posibilidades para cocinarlas son varias y siempre tienen un hueco con arroces, pescados, guisos y otros platos.
INGREDIENTES:
500g. de almejas
Agua
2 dientes de ajo
1 cucharada de harina
1 cucharada de perejil fresco picado
Azafrán en rama o molido (opcional)
Guindilla (opcional)
1/4 l. de caldo de pescado
Vino blanco
Aceite de oliva
Sal
Abrimos las almejas en una sartén con poquita agua y tapadas. Una vez abiertas, sacamos del agua y reservamos el agua de abrirlas.
Picamos los dientes de ajo finos y los sofreímos en aceite de oliva, antes de que empiecen a tomar color, añadimos la cucharada de harina. Removemos y dejamos que la harina se sofría un poco a fuego medio.
A continuación añadimos un chorrito de vino blanco, de repente toda la mezcla se formará una masa muy espesa pero nosotros seguimos removiendo sin parar. Bajamos el fuego y vamos incorporando el agua de abrir las almejas sin dejar de remover.
Dejamos que vaya cociéndose y notaremos como empieza a ligar la salsa y a espesar. Añadimos el azafrán, que no es indispensable pero le da un toque que a mi me encanta. Incorporamos el perejil y si queremos un punto picante es hora de añadir un poquito de guindilla.
Si notamos que espesa demasiado, añadimos caldo de pescado poco a poco. Aquí entra un poco vuestro gusto, más espesa o más líquida. El que esté muy espesa se puede ir arreglando con caldo, pero si nos pasamos de líquida no podremos añadir harina, pues la salsa sabría a harina, al no estar cocinada previamente.
Una vez tengamos la salsa con la textura adecuada, la probamos de sal y si hiciera falta echamos un poquito.
Introducimos las almejas en la salsa sin apagar el fuego meneamos un poquito para que las almejas se impregnen de la salsa y a comer.
¡Un trocito de pan será el acompañamiento perfecto para dejar los platos sin una gota de salsa!

¡Espero que os gusten!
Los niños os pueden sorprender con las almejas, aunque os puede parecer un ingrediente o un plato complicado para los niños, ahora mismo sólo el más pequeño de los tres se niega a probarlas. Es verdad que la textura de las almejas no es de lo más agradable para los peques, pero a base de probar o depende de con que acompañamiento les van pareciendo más agradables. Esta salsa es una buena forma de hacer los primeros intentos.
Respecto a sus propiedades nutricionales, las almejas destacan por su contenido en vitaminas de grupo B, hierro, calcio y fósforo. Es un producto ligero, sin contar la salsa y el pan que nos comemos si las hacemos en salsa.
Además, aunque hoy os muestro una forma de siempre y tradicional de hacerlas, las posibilidades para cocinarlas son varias y siempre tienen un hueco con arroces, pescados, guisos y otros platos.
INGREDIENTES:
500g. de almejas
Agua
2 dientes de ajo
1 cucharada de harina
1 cucharada de perejil fresco picado
Azafrán en rama o molido (opcional)
Guindilla (opcional)
1/4 l. de caldo de pescado
Vino blanco
Aceite de oliva
Sal
Picamos los dientes de ajo finos y los sofreímos en aceite de oliva, antes de que empiecen a tomar color, añadimos la cucharada de harina. Removemos y dejamos que la harina se sofría un poco a fuego medio.
A continuación añadimos un chorrito de vino blanco, de repente toda la mezcla se formará una masa muy espesa pero nosotros seguimos removiendo sin parar. Bajamos el fuego y vamos incorporando el agua de abrir las almejas sin dejar de remover.
Dejamos que vaya cociéndose y notaremos como empieza a ligar la salsa y a espesar. Añadimos el azafrán, que no es indispensable pero le da un toque que a mi me encanta. Incorporamos el perejil y si queremos un punto picante es hora de añadir un poquito de guindilla.
Si notamos que espesa demasiado, añadimos caldo de pescado poco a poco. Aquí entra un poco vuestro gusto, más espesa o más líquida. El que esté muy espesa se puede ir arreglando con caldo, pero si nos pasamos de líquida no podremos añadir harina, pues la salsa sabría a harina, al no estar cocinada previamente.
Una vez tengamos la salsa con la textura adecuada, la probamos de sal y si hiciera falta echamos un poquito.
Introducimos las almejas en la salsa sin apagar el fuego meneamos un poquito para que las almejas se impregnen de la salsa y a comer.
¡Un trocito de pan será el acompañamiento perfecto para dejar los platos sin una gota de salsa!
Comentarios
Publicar un comentario