Espaguetis con Pota al Ajillo

Este sábado tuvimos salidita nocturna, concierto, amigos y un poco de fiesta después. Así que el viernes en previsión de que el domingo no iba a tener muchas ganas de cocinar, compré unos tubos de pota congelados que si los sacas del congelador bien y si se quedan porque al final no haces comida también. 
El objetivo dominguero era levantarme tarde y hacer un arroz en olla rápida que no me llevara mucho tiempo. Ese era el objetivo, la realidad fue que no me levanté muy tarde(no me dejaron), que nos fuimos a dar un paseo antes de comer y que cuando volvíamos a casa la petición-insistencia-ruego infantil de comer pasta me hizo cambiar mi receta de arroz por otra de pasta.
Utilicé unos espaguetis muy finos que venían en forma de nidos y que compré hace tiempo en una tienda oriental para hacer una receta con toque asiáticos (tendré que volver a por otros para hacer mi receta asiática). La verdad es que son muy rápidos, se cuecen en dos minutos y mientras que haces el acompañamiento y el agua empieza a hervir, se hace la pasta. Además, la pota al ajillo tampoco tarda mucho en hacerse.


Lo que aquí se ve como pota, yo lo conozco de siempre como potarro. También podéis utilizar calamares para la receta. La pota o los potarros son un pelín más duros y más sabrosos, por lo que para arroces que era mi idea inicial,  dan más sabor. 

El plato les encantó, y aunque yo pensaba que pondrían peros no pusieron ni uno. Así que la receta llega para quedarse con calamares o con potarros o con pota.

INGREDIENTES
(4 pax)

400g. de espaguetis
350g. de pota limpia
5 dientes de ajo
100g. de cebolla

1 cucharada de perejil fresco picado
vino blanco
sal y pimienta
Aceite de oliva virgen extra
guindilla (para los mayores)

Picamos el ajo en rodajas finitas, no muy grandes, y lo sofreímos en abundante aceite de oliva. Echarlas con el aceite frío para que no se quemen y justo cuando empiece a tomar un poco de color echamos la cebolla, picada también muy menuda.
Cuando la cebolla empiece a ponerse transparente incorporamos la pota cortada en cuadraditos pequeños. Damos unas vueltas, añadimos un chorro de vino blanco, dejamos que evapore y bajamos el fuego. Añadimos la sal, pimienta y el perejil. Dejamos cocer a fuego lento hasta que la pota esté tierna, no os llevará más de 10 minutos. 

Mientras que se cocina la pota, cocemos la pasta. según las instrucciones del fabricante. Una recomendación importante con la pasta es que no la paséis de cocción y que sea al dente porque es como más rica está. No hay plato peor de pasta, da igual su acompañamiento que el que lleva pasta pasada. Cuando tengamos la pota lista y la pasta escurrida, mezclamos bien y servimos. 

A los mayores y si os gusta un poquito el picante, os recomiendo echar un poquito de guindilla al plato.


¡Espero que os guste!



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